lunes, 15 de febrero de 2010

Por el gusto de opinar: Día de visita en La Planta

Hoy es día de visita en la cárcel de La Planta, como de costumbre montones de mujeres, madres, esposas e hijas hacen largas filas en las afueras a la espera de poder visitar a sus familiares y llevarles la comida y los enceres que necesitan.

La mayoría ha preparado desde el día anterior lo que llevará y hoy se ha levantado temprano para dejar listo el almuerzo de sus otros hijos que probablemente van a la escuela o a sus trabajos. Tienen que salir temprano para conseguir transporte y llegar a tiempo, porque saben que lo que llevan es indispensable para la sobrevivencia de su familiar en la cárcel. Casi todas se ven arregladas, con sus bocas pintadas y perfumadas, son la esperanza, la sonrisa del mundo, la casa que espera con los brazos abiertos para aquellos que se encuentran tras las rejas. Ellas se dejan requisar como cada semana, solo con el aliciente de la sonrisa de sus seres queridos.

Se abren las puertas, ya algunas personas han comenzado a ingresar al penal cuando de pronto, se oyen unos disparos en el interior de la prisión y queda suspendida, como es de esperarse, la visita. Las mujeres se desesperan ante la continuidad de los disparos y la poca información que reciben de los guardias de seguridad de la cárcel, quienes ante la angustia de éstas, las maltratan para alejarlas de las puertas de acceso. Se oyen los gritos y el llanto de las mujeres ante la incertidumbre de saber si sus hijos, padres o esposos están sanos y salvos. Se tienen noticias de que una persona que estaba en la visita ha salido herida en la balacera, solo rumores, la información es confusa por parte de los funcionarios y la angustia sigue creciendo.

Las mujeres hablan ante las cámaras de televisión y denuncian sin miedo algo que todos sabemos pero que no parece importarles a quienes tienen responsabilidad en la materia, y es que los presos están armados, pero como dice una de las mujeres, “¿Quién lleva las armas?, no pueden decir que somos nosotras porque a nosotras nos desnudan y nos revisan todo para poder entrar, y ahí ellos tienen hasta metralletas”. Otra mujer dice que “ la guardia propicia los enfrentamientos para así disminuir la población carcelaria ya que no caben en el penal, otra se queja “del dinero que tienen que pagar para mantener con vida, para que no los violen o simplemente para que no les quiten la comida a sus familiares presos”. También se quejan de retardo procesal. El hijo de una de las señoras tiene casi dos años detenido y no ha sido enjuiciado, ni siquiera ha podido presentarse al juzgado porque no lo llevan a las presentaciones.

Veo las imágenes y solo veo mujeres desvalidas, veo rostros hace unas horas esperanzados, ahora cubiertos de angustia y desesperación. Pienso cuan solas están las mujeres en éste país, abandonadas por sus padres, por sus maridos, por el Estado que no le garantiza a sus hijos la permanencia en el sistema educativo, empleo o simplemente seguridad dentro de sus comunidades. Recuerdo las imágenes de esas mujeres a las afueras de la morgue reclamando los cuerpos sin vida de sus familiares, que se cuentan por cientos cada mes y los de las parturientas que son a veces ruleteadas por la ciudad en busca de un hospital que cuente con los insumos y las camas disponibles para poderlas atender. Pero a la vez me vienen a la mente los rostros de quienes manejan la justicia y deberían velar por los derechos en el país y veo también rostros de mujeres; Tribunal Supremo de Justicia, Luisa Estela Morales; Fiscalía General de La República, Luisa Ortega Díaz; Defensoría Del Pueblo; Gabriela Ramírez, y no entiendo como es que pueden ser tan indolentes con sus congéneres, como es que ante tanto retardo procesal se permita así nomás que se reduzca la jornada laboral de los tribunales (por el racionamiento eléctrico) sin importar que esto empeore aún más la situación de los procesados en las cárceles. Muchos de los que integran ésta población carcelaria están presos sin que se les haya abierto siquiera el juicio, y eso trabajando las ocho horas que regula la ley del trabajo, ¿qué será con la mitad del tiempo? ¿ Donde está la Fiscalía, donde la Defensora del Pueblo tan solícita a la hora de hablar de intervención extrajera y del pitiyanquismo? Es que la sobrepoblación de las cárceles, las condiciones inhumanas en que viven, el no respeto a sus derechos como ciudadanos no es asunto de su despacho. ¿Es que acaso estás mujeres no son madres, esposas hijas, hermanas, que no se inmutan ante el dolor de las demás?

Cómo puede alguien decir que le importa el país, si no le importa el llanto de esas mujeres, cómo pueden después de once años de gobierno sin hacer nada al respecto hablarnos de que éste es un gobierno para los desposeídos, un gobierno donde al fin los pobres existen y son tomados en cuenta.

Si los gobiernos anteriores se habían olvidado del pueblo, éste, los ha olvidado más que nadie y lo que es imperdonable, es que usa sus debilidades, sus resentimientos y sus carencias para favorecerse, sin que esto se convierta en reivindicaciones reales y a largo plazo para ellos.

Si bien es cierto que muchos de los reclusos son culpables de delitos muy graves no es menos cierto que también caen muchachos cuyas faltas no lo son tanto, o no son reincidentes en el hecho delictivo, pero que después de haber pasado por esos antros de barbarie, las posibilidades de reinserción en la sociedad son menores. Si estar preso es en sí algo horrible, estarlo en una cárcel cuyas instalaciones no sirven y parece que se están cayendo a pedazos sobre los reclusos, donde el hacinamiento es inhumano, donde los presos preparan sus alimentos dentro de las celdas, solo se compararía a pasar una temporada en el infierno.

Al final, la jornada terminó con 17 muertes que pasaran a engrosar la lista de muertes violentas que se cuentan por cientos cada mes, sin que nadie “del gobierno” se escandalice por ello.




María Gabriela Blonval.


martes, 8 de septiembre de 2009

Poemas de mi libro Casa de barro

Este es mi primer libro de poemas, publicado en el 2003 por la Fundación La Letra Voladora, dirigida por Laura Antillano.
Poco a poco voy a publicarlos todos los poemas, total, son pocos y el libro no se consigue en las librerías.
Una de las cosas que consigo más díficiles de hacer es ponerle nombre a mis poemas asi que utilizo números para poder difernciarlos ( aunque en la versión original estos poemas no tenían número tampoco)


1

Vuelvo cada vez menos
evito
el encuentro con la memoria


fantasma


habitas el filo del abismo





2


Palabra

escudo
llanto
fósil
nudo
paredes sostenidas con tu vientre
y la risa


Se ha roto
el anillo profundo
que nombra las cosas


3


He destejido círculos
desenredado
mis cabellos
hurgado todos los baúles

busco disfraces
llaves
puertas
un soplo de brisa

miércoles, 5 de agosto de 2009

El Torito

Sale el torito al ruedo
mira desconcertado
aquel jolgorio
ve capotes volando con la arena
los persigue jugando
el inocente.

Corre en círculos
hasta quedar exhausto
y el hombre que se esconde
detrás del viento rojo
aprovecha que el toro
le inclina la cabeza
y en un salto silente
con su certera espada
le clava el corazón.